Noté mi sabor y tu calor y lamí ligeramente todo el tronco. Porno español Acabamos de besarnos y mientras tú seguías lamiendo los lóbulos de mis orejas y mi cuello, yo posé la mano sobre tu bragueta. Gritabas que follaba de putísima madre, que siguiera, que siguiera, que te ibas a correr. Me recibiste con un beso dulcísimo en el cuello y el abrazo más cálido que se pudiera dar. Sentí la urgencia de que estuvieras dentro de mí. Verme de frente. Fóllame, por favor. Noté mi sabor y tu calor y lamí ligeramente todo el tronco. Por suerte, en el piso no había nadie. Por suerte, en el piso no había nadie. Antes de dejarme hacer más, me sacaste la camisa y el sujetador y me levantaste la falda. No quería un dedo. Fue muy excitante. Te noté la polla dura y eso me hizo ponerme más cachonda aún. —He estado acordándome de ti—¿En serio? Empecé a sacudirme una y otra vez.
