Entonces me dijo:―Si ya somos adultos, podemos beber alcohol, ¿no?Una chica lista, buena jugada. Aparentemente no le dio ninguna importancia, aunque luego hizo algo que me desconcertó: se fue a por unas latas de cerveza y las puso sobre la mesa. Porno gratis Sé que no te deja metérsela por el culo, porque no le gusta. ―preguntó sorprendida.―Nada.―Dímelo ―insistió―. Entretanto, yo me recuperaba apoyado en la mesa y sin dejar de mirarla, incrédulo.―Sentí tu chorro en mi garganta ―dijo sonriendo―. Te toca a ti. No pude aguantar más. Además, te he dicho que no puedo hacer eso.―No diré nada, te lo prometo ―dijo con desespero―. Le dije que no, por supuesto.―¿Por qué me preguntas eso?―No sé… No eres mi padre verdadero. Nos llevamos siempre muy bien y nunca hubo secretos entre nosotros. Pero más tarde, mientras estábamos cenando, me preguntó por qué, y le contesté:―Ya eres una mujer. Me preguntó si yo le había sido infiel a su madre alguna vez. Yo agarré mi polla y seguí masturbándome. Su cuerpo se mecía con mis caricias y besos. Estas cosas le pueden pasar al más pintado.
