Tras el estruendoso clímax que me dejó agonizando satisfecha, en mitad de los últimos estertores, gemí dos veces intercalando groserías. Porno español ¿A qué horas lo tomé?Mariana, con el cigarrillo consumido, sujeto entre la voluptuosidad de sus labios, inclina el cuerpo hacia adelante y acomoda ambos codos sobre la mesa. ¡Te lo juro! Te excusaste como niño regañado mirando al suelo, con tus ojos marrones brillantes con algo de humedad y ese leve gesto de temblor en tus labios. Vengo de chuparle la verga al tipo que odias tanto, pero no te preocupes que solo fueron dos mamaditas, eso sí, sin tragarme nada y no dejé que me culiara. ¿Otro coctelito para retar al frio? ¡Fue inolvidable! Casi las mismas palabras pero sin la misma placentera entonación. ¿Please?—Pero igual, cariñosamente te mencioné que… – ¡Uuufff!, aspiro un nuevo tabaco enrollado y entre la reinante humareda, siguen saliendo de mi boca las palabras. ¡Reapareciendo en Camilo su vacilación!—Recostada a tu lado, analicé lo ocurrido conmigo, y le abrí la puerta a su mirada apagada cuando nos despedimos al anochecer. Fue natural y exclusivamente tuyo durante mucho tiempo. Lo repetimos rápidamente, apretando más tus piernas alrededor de él. Era seguro que continuabas enojado por todo lo que pasó en esa fiesta, a pesar de que
