Madrasta Asiática No Puede Resistirse A Su Hijastro

Cuando veíamos que no se percibía alguna persona caminando cerca del automóvil, nos besábamos, que rico, sentía muy hermoso, refrescaba mi sentir al sentir sus labios, era algo muy bello.Recuerdo que una de sus manos tocó una de mis piernas, y me pidió permiso, yo llevaba medias obscuras, con una falda formal, como si fuera a una reunión a la escuela de mis hijos, y aquel hombre joven quería masajearlas aunque tuviera yo medias puestas, si, se lo permití sin dudarlo dos veces, y no dejábamos de besarnos, comencé a sentir que la temperatura de mi ser se elevaba, no sé qué me pasó pero un instinto hizo que le tocará la entrepierna, el llevaba pantalón de mezclilla pero su pene se evidenciaba por la erección que tenía, eso me gustó mucho, y se lo tocó por encima del pantalón.En verdad que rico, en ese momento, aquel hombre quince años menor que yo, me dijo que nos bajáramos del automóvil, él acababa de observar una finca en obra negra y me propuso que nos fuéramos a besar ahí, y no me negué, acepte rotundamente.Recuerdo que nos internamos en aquella finca vieja, una especie de construcción como en obra negra, y nos colocamos por debajo de lo que parecían ser unas escaleras,

Madrasta Asiática No Puede Resistirse A Su Hijastro

Related videos