Una vez más las dudas me asaltaron hasta que le observe allí en el salón, llevaba puesto un pantalón corto y una camisa azul medio abotonada, realmente estaba guapísimo y olía como los ángeles.Pedimos comida china a domicilio, cenamos muy acaramelados en el jardín junto a la piscina iluminada por las pequeñas farolas y una enorme luna llena que presidía el cielo aquella noche, nos contábamos historias graciosas de nuestras vidas, yo tenía que tener cuidado para cambiarles el sexo claro esta y en todas ellas salía mencionado Jaime, a lo que Steven me comento que si ese tal Jaime era mi novio porque se nos veía muy unidos, yo le explique que era algo más, que era como un hermano, pero algo en mí me decía que quizás yo ahora lo veía de otra manera y quien sabe si él.Al terminar estábamos tumbados bajo el roble del jardín, mirándonos a los ojos sin decirnos nada, Steven acariciaba mi pelo por detrás de las orejas y se acercó suavemente a mí y me beso, un beso en los labios, casi sin rozarnos que después fueron dos, tres y hasta cuatro veces nuestros labios se iban juntando y centímetro a centímetro empezó a recorrer mis labios con sus besos, centímetro a centímetro
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