¿Una conocida de Internet? Ocupado como estaba, apenas me percaté de que Víctor se había colocado sobre mi pelvis, disfrutando de un juego similar al mío, solo que era mi sexo lo que sus labios se afanaban en atrapar una y otra vez. Porno español Mientras tanto, Marina parecía derramarse sobre mi cuerpo, ahora besando mis labios, ahora mordiendo mis pezones, ahora agitando con su mano mi sexo, que gota a gota iba liberando un dulce reguero que cada poco recogía entre sus labios.Uno de los dos, no sé quién, me preguntó si iba a acabar. Desgraciadamente, eso es más fácil de decir que hacer, porque nuestras amistades no son especialmente liberales y tampoco hay mucha gente abierta e interesante que puedes conocer en una ciudad pequeña como la nuestra. Debía de ser evidente, porque ni Víctor ni Marina necesitaron esperar a mi respuesta. Una ola de excitación culpable me inundó cuando escuché a mi novia ofrecerme al que había sido su primer amor.Lo que sucedió no fue lo que esperaba.
