Por caso, ese día… ya debíamos regresar a casa.En los días siguientes tratamos de coordinar una tarde libre. Porno Sentí que compartiríamos códigos aunque los encuentros no tendrían la frecuencia que podría esperarse. Ella era imparable, movía su cuerpo y con cada movimiento lograba que me caliente cada vez más. Ante ese panorama, por la imposibilidad de encontrarnos y el riesgo que nos pase algo, hablamos y postergamos el encuentro. Sentí que compartiríamos códigos aunque los encuentros no tendrían la frecuencia que podría esperarse. En diferentes charlas, me dijo que trabajaba en un negocio un tanto lejos de mi empleo, pero no demasiado y lo más importante: me pidió discreción ya que era casada. Bueno, lo sabría después… lo hecho, hecho está.Nos recompusimos un poco y fuimos a la cama… solo para un hermoso 69. Charlamos de todo un poco, me contó su vida y yo la mía con nuestros problemas y situaciones. Hasta juntar fuerzas otra vez. Las horas pasaban y no decíamos que no a nada. Más allá de la bronca enorme que tenía, esto solo hizo que nuestra calentura aumente aún más.Fue difícil arreglar el siguiente encuentro pues habíamos «gastado» nuestras excusas para el día fallido.
