Luego, la mano permitió que mi cara descendiera para volver a la calidez del hombro y al olor que anhelaban mis sentidos. Y por primera vez mi cuerpo se separó un tanto y mis manos abandonaron sus tesoros, sólo para hacer saltar los botones que mantenían cerrada la blusa y luego, sin interrupción de los movimientos, lanzar la blusa al infinito. Videos Porno Ya sabes que duermo a pata tirante”. Lo atribuí al sentimiento de plenitud que invadió al pensar en la singular familia que conformábamos mi padre, mi madre y yo. Volteé a verlo sin despegar mi cabeza de su hombro. Todas las propuestas y pretendientes son rechazados con cierta rapidez. Ocasionalmente escuchaba los gritos de papá como tratando de acallar los míos. Papá volvió a besar mi frente, pero esta vez el beso se prolongó. Ambos teníamos la vista fija en la cazuela de los frijoles y las manos del otro en nuestras respectivas cinturas. Suspiré y cerré los ojos. Y entonces, ¡lo sublime! Suspiré y cerré los ojos. ¿Qué tal dormiste?”. Mi papá estaba sin camisa, descalzo, y con un delgado chort.
