—dijo, con los ojos fijos en mis piernas.—No. Porno hd Su pija estaba dura y gruesa. ¿Festejaste?—Unos amigos cayeron con birras, nada grande.—Mirá vos… ¿Querés un mate?Me miró fijo. Me lo regalaron ayer.Se tomó un mate e hizo una pausa antes de hablar.—Ah, ¿fue tu cumple?Asentí con la cabeza.—Feliz cumpleaños entonces. Apoyó el mate en la mesa y se acercó más. Queda espectacular en la pared, pero no tenía martillo y quería sacarme el tema de encima.Salí de casa y crucé la calle con paso seguro. La sensación de Alejandro cogiéndome contra el sillón todavía estaba en mi piel.No lo volvería a hacer, pero tampoco me arrepentía. Había mucha cerveza y música fuerte. Estás re fuerte.No me dio tiempo a responder. Me bajé la remera y me acomodé el short.—Nos vemos, Ale.Salí de esa casa con la adrenalina al máximo.Cuando llegué, Aye, mi hermana mayor, me miró con curiosidad.—¿Dónde estabas?Helena, la del medio, me estudió con desconfianza. Lo miré con descaro y abrí apenas las piernas.—¿Sí?Él deslizó los dedos por mi short hasta el borde.
