Mas tarde los roses, toquecitos, manitas, abrazos crecían en medio de la lluvia de halagos.Había preparado frases esculpidas con el corazón para regalarlas a María Elisa, todas, todas las regale a Alejandra hasta la última migaja, no quería guardar recuerdos de ella. Porno gratis ¡Dios mío! Eran absolutamente sexys al 200%, no podía creerlo, se llamaban Alejandra (la alta) y Xiomara. Ellas buscaban lo mismo que yo, la menos Alejandra sí.No dude demasiado les invite un café de 5 minutos, toda la plata se las iba regalar a ellas, que me importa, pedí el más caro, la mesa más cara, a la mierda. Y luego lancé la clásica: «Te invito un café… para relajarnos».Ella casi avergonzada o incomoda me responde con excusas que ni ella misma se lo creía, y como siempre tuve que insistir, ¡tremendo error!, ella peor no quería. Se estaba yendo con el guapo de Certificaciones, un tipo alto, galán, bien vestido, caballero, un galanazo de telenovela. Estaba ansioso de tocarlos desde el primer segundo de conocerla.Ella se levantó, estaba tan excitada con sus senos que iba servírmelos, hora de alimentar al niño lujurioso que tenía a su frente. Se fue arriba de inmediato. Se sacó su sudadera, dentro tenía un polo que lo cubría todo, con una mirada fatal
