Me hizo entrar primero como siempre mientras dejaba a Terry, su moto, en la posición correcta. Y mientras sus meados calientes salían de mí con fuerza, su leche se disparaba en mi intestino. Porno gratis “¿Ya vas a dormir?”, me preguntó Rey cuando me subí a la moto. Mi media estaba empapada y la vergüenza estaba apareciendo.Había viajado por treinta minutos en esa moto hacia la estación y no estaba pensando en nada. No sé si por la cantidad o la dilatación de mi esfínter.Ya no podía esperar más. Pero yo no pude responder. Su pene se entiesaba más cada vez que salía completamente y violentamente entraba en mí.“¿Quieres más lechita, princesa?”, preguntó gimiendo como cuando ya está a punto de venirse.“Sí, papi. “¿Ya vas a dormir?”, me preguntó Rey cuando me subí a la moto. Haciendo temblar cada milímetro de mi piel.Me besó una mejilla. Por favor dame tu lechita”, mi voz desesperada le rogaba que agregara más semen a mi colección de la noche.Pero en lugar de eso, detuvo las embestidas enterrándose completamente dentro de mí, haciéndome sentir sus tibias y mojadas bolas en mi perineo.
