– solía llamarlo en los descansos del trabajo.– ¡Hola churrita! En realidad había sido algo psicológico, salvo los espasmos de su polla al correrse no había notado diferencias, no había sentido los chorros de la lefa que ahora salía de mi culo inundándomelo, sin embargo el solo hecho de saber que se había corrido en mi interior me había llevado al cielo. Porno – solía llamarlo en los descansos del trabajo.– ¡Hola churrita! Mi primera vez con Pedro había sido todo un descubrimiento, por fin había cumplido con mi fetiche erótico, un oso maduro me había metido su polla y yo había alcanzado el éxtasis, había descubierto lo puta que era. En realidad había sido algo psicológico, salvo los espasmos de su polla al correrse no había notado diferencias, no había sentido los chorros de la lefa que ahora salía de mi culo inundándomelo, sin embargo el solo hecho de saber que se había corrido en mi interior me había llevado al cielo. En realidad había sido algo psicológico, salvo los espasmos de su polla al correrse no había notado diferencias, no había sentido los chorros de la lefa que ahora salía de mi culo inundándomelo, sin embargo el solo hecho de saber que se había corrido en mi interior me había
