Ella obedeció y lo hizo, no podía importar quién contestase a esa llamada, ella dijo en voz alta que era una sumisa convencida, mientras las piernas y la voz temblaban al unísono, y su sexo comenzaba a palpitar con fuerza y notaba como la humedad pronto comenzaría a deslizarse por el interior de sus muslos lentamente: estaba completamente mojada, puede que tuviese un orgasmo durante la inesperada confesión.Lo siguiente fue que él la obligase a vestirse provocativamente y entrar en un bar lleno de gente. Aunque hablasen de otras personas, todas esas personas sobre las que leía, eran lo que le gustaría probar. Porno español Psicópatas, asesinos, violadores. ¿Cómo iba alguien como ella atreverse a algo como eso? Psicópatas, asesinos, violadores. La verdad es que tenía miedo, miedo a reconocer que, cada vez, en lo más hondo de su ser, quería probar a ser una auténtica sumisa. En ambos sentidos. Pero los que muchos no saben es que ser cobarde también es una decisión donde hay más a perder que a ganar. En realidad, ni los había escuchado. Aunque hablasen de otras personas, todas esas personas sobre las que leía, eran lo que le gustaría probar.
