Una mañana está en una de las máquinas y se me acercó.– Ro, ¿me dejas decirte algo?– Claro Sandra.– Mujer, tenes 34 años, sos una linda mina. Hacía dos meses, con Claudio mi marido, nos mudamos a un country club de la zona norte del Gran Buenos Aires, a una casa más amplia, con pileta y gran parque. Porno Dijo Sandra cuando me vio entrar.– Gracias, es una sensación rara, como estar desnuda, casi no se sienten en la piel.– Viste, son geniales. Hay cada una… Dije.– Lo que pasa es que esa mina me vio besándome con una amiga una mañana que me trajo, y piensa que la voy a “atacar” solo porque soy 50% lesbiana como digo yo.– Jajaja, contame porque no entiendo.– Claro, soy bisexual, pero me gustan demasiado las chicas. Mi bata cayó al piso al instante y le quite el top. Nos vemos.Durante las siguientes semanas fui tres veces a la semana, y realmente me iba sintiendo mejor, sumado a que empecé a bajar esos kilitos. Ella comenzó a chupar mis pechos y acariciarme por sobre la tanga. Una hasta una queja hizo.– Wow… bueno, no me sorprende. Nos besábamos con todo. Al día siguiente los cruces de miradas eran tremendos, las dos nos comíamos con los
