¡Qué hermosa sorpresa! Fue entonces cuando lo sentí: su enorme erección, dura y firme, presionando contra mí. Porno gratis Mis inhibiciones se desvanecieron, y la noche se convirtió en una mezcla de risas, miradas cómplices y un creciente deseo que no podía ignorar.—Basta, era solo un trago —dije entre risas, intentando recuperar el control.—Relájate, es tu noche. Él también parecía estar igual de excitado, y en un gesto audaz, deslizó sus manos por mi espalda hasta llegar a mi culo, apretándolo con firmeza.—Qué hermoso cuerpo tenés… —murmuró al oído, con una voz cargada de deseo.Estaba a punto de perder el control, de devorarle la boca allí mismo, pero en un último momento de lucidez, me separé bruscamente de él, sintiendo cómo las mejillas me ardían de vergüenza.—¡Perdón, no puedo! Invitá a tus amigas, y yo llevo a mis amigos —propuso, con una sonrisa que me hizo dudar.—Mmm, bueno —respondí, mirándolo con indecisión.Nos despedimos con un beso en la mejilla, pero nuestros labios estuvieron a punto de rozarse. Era un mensaje suyo.—Hola, soy yo. Mis inhibiciones se desvanecieron, y la noche se convirtió en una mezcla de risas, miradas cómplices y un creciente deseo que no podía ignorar.—Basta, era solo un trago —dije entre risas, intentando recuperar el control.—Relájate, es tu noche.
