Por enfrente tenía a Pablo, abofeteándome en el rostro sin parar, con ese enorme bulto frontal. Porno gratis ¡Cuánta suerte tenía! Su rostro se encontraba extasiado; era obvio que lo había disfrutado más que Pedro y yo. Como los chicos tenían claro que tal vez nunca volveríamos a vernos, no se esforzaban en reprimir sus más profundos y perversos deseos. Lo último que yo quería es que Pedro se pusiera celoso y terminara abruptamente con nuestra excitante coreografía en progreso; ¡la verdad la estaba disfrutando demasiado! Justo ahí, suspendida a casi dos metros sobre la superficie del agua, comencé a pensar que más me valdría sugerirles yo misma que me ultrajaran. Imposible evitar sonreír con lo desesperado de sus actos, ¡patético!Sin embargo, yo no podía complacerlo, no en ese momento; sabía que tan pronto mis labios se despegaran escaparía la última bocanada de aire que mantenía en mi interior. El impacto contra el agua fue fuerte, sobre todo por lo inesperado; pero extrañamente, me gustó. Pero no había tiempo para arrepentirse, si quería seguir gozando con la anatomía de esos hermosos chicos había que actuar rápido.Inmediatamente jalé el calzoncillo de Pedro hacia abajo llegando hasta sus muslos, dejando su miembro justo frente a mí, preparándome para ser embestida sin piedad.
