Rubias Calientes En El Hentai Más Excitante

Sobre el sofá desnudo me tumbé, 
un mediodía reposado de otoño. 
Me repensé y me sentí un poco ñoño:
«¿Por qué?»; no sé por qué hoy no la invité. Anteayer mismo fue que la besé;
se desnudó y en su pelo se hizo un moño;
chupó mi polla y yo después su coño;
luego, follé, ¡cómo la disfruté! Todo me vino a la imaginación;
en muy poco tiempo estuve empalmado, 
y cedí el paso a la masturbación. «Oh, nena, oohh, así, así», vi su felación;
«Oh, nena, oohh», me vi sobre ella montado; 
«Nena, o-oh-oohh», reviví mi eyaculación. 
  Sobre el sofá desnudo me tumbé, 
un mediodía reposado de otoño. 
Me repensé y me sentí un poco ñoño:
«¿Por qué?»; no sé por qué hoy no la invité. Anteayer mismo fue que la besé;
se desnudó y en su pelo se hizo un moño;
chupó mi polla y yo después su coño;
luego, follé, ¡cómo la disfruté! Todo me vino a la imaginación;
en muy poco tiempo estuve empalmado, 
y cedí el paso a la masturbación. «Oh, nena, oohh, así, así», vi su felación;
«Oh, nena, oohh», me vi sobre ella montado; 
«Nena, o-oh-oohh», reviví mi eyaculación. 
 

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