¿A qué vine?—Salgamos un ratito. Ni lo dudé.Nos tiramos en el asiento. Porno español Se me acercó despacio, como si supiera que estaba a punto de explotar.—Che, ¿estás bien, Mey? Él gemía bajito, con la cabeza tirada hacia atrás, los ojos casi cerrados.Me presionó la cabeza hacia él, metiéndomela hasta el fondo. Pero estaba feliz. Sentí el frío del metal en la espalda. —me preguntó con ese tono amable que tiene.Lo miré, levanté las cejas.—No. Era un martes, pasadita las ocho y media.El aula olía a encierro. ¿A qué vine?—Salgamos un ratito. Yo me iba aflojando, notaba cómo la tensión se me escapaba por las comisuras.Compramos algo para picar. Yo ya gritaba sin filtro. Yo ya gritaba sin filtro. Su lengua era tibia, juguetona. Caminamos de nuevo hasta la facultad. Me besaba los pezones, los lamía, los chupaba con devoción.Yo le sobaba la pija por encima del pantalón, la notaba dura, desesperada por salir.Me bajé rápido. Volvimos a besarnos como si nos fuera la vida en la boca del otro.Él me subió la remera y me sacó el corpiño.
