En cuanto nos besábamos con la confianza de las veces anteriores, luego, luego manoseamos duro, ellos repartiéndose chiches y piernas. Y aceptar oír y decir palabras vulgares.En los cines, las primeras veces, me colocaba algo sobre las piernas para cubrirlas al ser acariciada y dedada, algo después ya no me cubría y me quedaba quieta con la falda subida. Porno gratis Con cuidado vio que nadie más estaba cerca y se sintió seguro.El inicio.Me murmuro:– Cariño, hay un tipo acercándose, ¿te parece que lo dejemos llegar junto?Viéndolo de manera extraña le dije– ¡Que! En cuanto nos besábamos con la confianza de las veces anteriores, luego, luego manoseamos duro, ellos repartiéndose chiches y piernas. El tipo de acercó poco a poco. Al cabo de unas cuatro veces, ya se había vuelto habitual, y ya no me inhibía, aceptaba tranquila las caricias, y el contacto de vergas desconocidas, sin gestos los dejaba meterme las manos por todos lados, y me venía cada vez. Y yo quieta… Pensando:– ¡Me está metiendo las manos este huevón, y el gordo no dice nada… me siento bien caliente… lo estoy dejando cachondearme… creo que eso es lo que quería el gordo… lo dejaré… además me está gustando…Pinche gordo!– Y me están manoseando a cuatro manos ¡Que rico!Así, ya sin
