Tendría unos 40 años, se veía un poco menor que mi macho.Pronto llegamos al edificio de Roberto, sentía una mezcla de ansiedad y nervios, mi corazón estaba un poco agitado e incluso sentía un cosquilleo en la colita, creo de anticipación porque hoy se comería su segunda verga.Entramos al departamento, y Roberto nos ofreció unas cervezas, me senté en el sofá con Pedro a un lado mío, no sabía cómo actuar y esperaba que Pedro tomara la iniciativa, pero creo que a él le pasaba lo mismo.Al regresar, nos ve Roberto y nos dice:– Que les pasa, a lo que vinimos, y acercándose me levanta y baja el pantalón, quedando mi trasero descubierto, sólo con mis medias y tanga.– Mira este culo, Pedro, acaso no es el mejor culo que has visto en tu vida- comentó Roberto, exhibiendo mi trasero a los ojos de Pedro.– Ufff, si, es precioso, de película, solamente he visto culos así en las películas, es hermoso- exclamo Pedro al tiempo que me apretaba una nalga.Era una sensación extraña, pero al mismo tiempo morbosa, mi macho presumía mi culo y al mismo tiempo me estaba exhibiendo como una puta.– Ufff, princesa que colita tan hermosa tienes, eres una ricura, me pones tieso con solo ver tu traserito
>