Comienzo a lamer sus senos, a morderlos y besarlos como si fueran dulces frutas en medio del desierto. Porno Mi lengua obedece, no solo lamiendo sino también mordiéndolos suavemente.Agos vuelve a gemir del placer al tiempo que su mano desciende palpando mi entrepierna. Gimiendo del placer comienza a subir y bajar, imponiendo las formas y los tiempos de la penetración. Sus flujos mojan las sábanas, mientras escucho; “metemela toda bebe”. Escucho que me grita: “dame toda la lechita calentita bebe. Agos se arquea más para frotar su clítoris sobre mí. Comienzo a lamer sus senos, a morderlos y besarlos como si fueran dulces frutas en medio del desierto. Puedo sentir con mi glande cada milímetro del relieve interior de la vulva de Agos, golpeando vigorosamente contra su pared interior, detrás del pubis.De pronto Agos se da vuelta, y me dice: “ahora yo quiero cogerte”. Lo apoyo nuevamente en su cálida vulva sintiendo nuevamente su calor y humedad. Obedeciendo me recuesto boca arriba. No puedo parar y siento como la erupción de un volcán de placer que estalla dentro de las entrañas de Agos, inundando todo su cuerpo de semen caliente.Agos se desploma sobre mi pecho mientras nuestros cuerpos se relajan. Al apoyar mi mano en su entrepierna puedo sentir la humedad de
