Lo rodeó con suavidad, acariciándolo con movimientos lentos y sensuales.Luego, con un gesto audaz, tomó lubricante y vertió una pequeña cantidad en sus palmas, calentándolo antes de aplicarlo suavemente sobre él. Porno gratis La sensación fue inmediata: Ares cerró los ojos, dejando escapar un gemido profundo mientras su cuerpo respondía al estímulo.La imagen era una fantasía hecha realidad.Él apretó los dientes, sus manos se aferraron a las sábanas.—Dime, ¿te gusta así, señor? No hubo palabras, solo jadeos entrecortados y gemidos que quedaban suspendidos en el aire. Los instintos no mienten.Algunos desviaron la mirada al instante. Liberando la tensión en los músculos grandes. Algunas historias siguen viviendo en la imaginación, en la memoria, en cada suspiro contenido.Y tal vez, solo tal vez… Afrodita también lo recordaba a 10,000 km de distancia.Ares suspiró, sintiendo el peso de la distancia y el tiempo. Sabía que el tiempo y la distancia eran barreras difíciles de sortear, pero también sabía que algunas historias no terminan solo porque la realidad no las permitió. Sus pechos presionaban su torso, sus muslos se frotaban contra los suyos, sus labios rozaban su cuello en un roce tentador.Ella besó sus omóplatos, haciéndolo retorcer de placer al rozarlo con sus pechos.
