Su hermoso y pequeño culo estaba en todo su esplendor. Porno No hicieron falta más palabras. Me animé un poco más:– No puedo creer que con lo buena que estás no haya nadie que te quiera dar. Sin entrar en detalles pero siempre que pasa «algo» termina contandonos.Marta es una mujer atractiva, con algunos kilos de más pero bien puestos. Mi matrimonio transcurre con normalidad, aunque siempre ando necesitado de tener sexo. Estaba empapada y, a medida que iba metiendo la lengua aparecían nuevos sabores y más humedades. La recosté en sobre la toalla en el pasto, abrí sus piernas y empecé a besar su concha. Entró fácil gracias a la humedad. No encontró una en su bolso y le ofrecí una mía. Marta sólo suspiraba, jadeaba, gemía. Marta vive a unos pocos minutos de distancia y era normal que cada tanto pasara a disfrutar de la pileta y de largas charlas conmigo y mi mujer. Estaba empapada y, a medida que iba metiendo la lengua aparecían nuevos sabores y más humedades. Pero siempre soy yo el de la iniciativa.Tenemos una amiga en común, Marta (nombre ficticio para no comprometer), directora de un colegio secundario de la zona. Siguió moviéndose sin parar hasta que le dije «te voy a llenar de leche».
