Nosotros acostumbrados a estar solos nos paseamos desnudos por la casa, y como hemos contado antes incluso cuando esta la sirvienta o criada, y es habitual en nosotros que de repente tengamos relaciones en cualquier parte de la casa, ambos gozamos a plenitud el sexo, además de la excelente comunicación que tenemos.Mi esposa es de 34 años y yo de 38, ambos nos conservamos bastante bien.Bueno, un día recibo el llamado de un primo que vive fuera de la capital para solicitarme si podemos recibir a su hijo en nuestra casa, ya que viene a la capital a dar unos exámenes para la Universidad, obviamente no ponemos objeción, pues muchas veces nosotros hemos sido recibidos en casa de ellos.Llegó Rubén a la casa un día sábado por la tarde, muchacho alto bien formado, no atlético, pero de contextura delgada, un poco corto de genio, pero si observador, ya que miraba mucho a Verónica.Y eso me hizo pasarme una infinidad de películas morbosas por la mente, sintiendo unos deseos locos de mostrar a Verónica desnuda para que él se calentara incluso que tuviera relaciones con ella.Nosotros veníamos llegando de andar en el ajetreo de las compras del fin de semana y él estaba esperando en la puerta de la casa, entramos, Verónica
>
Un Día Ardiente Con Dillion
Related videos












