No tenía ganas de gastar sus fuerzas a lo tonto, podía reservarlas para algún momento con su tía, no perdía la esperanza de tener un rato a “solas”.En la puerta sonaron dos golpes y vio como la manilla se giraba, se tapó rápido por inercia con la toalla y observó que Carmen entraba en el baño.—Parece ser que hoy me dejas sola… Demonio… —la mujer entró con media sonrisa y un rostro malicioso.—¿Tía? Porno —se vio con ganas de comentarle algo obvio, tan obvio que hasta Mari lo sabría. —la primera imagen que le pasó por su mente al decir eso, fue recordar a Carmen recibiendo unos chorros espesos y calientes sobre sus voluminosos pechos.—La dejamos tranquila un rato, que también querrá soledad. Y sécate bien… —señalando el miembro erecto— que no queremos que coja frío.Carmen desapareció por la puerta tan rápido como había entrado y Sergio solo pudo pensar en una cosa mientras su miembro daba pequeños saltos de alegría. Pásalo bien con tu madre, anímala y dale cariño como tu bien sabes.—Lo intentaré, la verdad tengo ganas de estar a solas con ella.—Vaya… —dijo mirando lo que escondía tras la toalla. Pásalo bien con tu madre, anímala y dale cariño como tu bien sabes.—Lo intentaré, la verdad tengo ganas de
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Una Zorra Madura Recibiendo El Regalo Anal De Su Hijastro
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